[et_pb_section bb_built=»1″][et_pb_row][et_pb_column type=»4_4″][et_pb_text _builder_version=»3.3.1″]
En los últimos 30 años en el Perú se ha suscitado un importante crecimiento de los medios privados de comunicación, sin embargo, salvo honrosas excepciones de algunos programas, los medios han abdicado de su rol de informar, educar, entretener sanamente, de contribuir al fortalecimiento de los valores y de coadyuvar al engrandecimiento de la patria. Por el contrario se han orientado a servir de plataforma comunicacional de los gobernantes de turno, vendiendo incluso sus líneas editoriales, como pasó en la década del noventa CON Fujimori y Montesinos y que parece que ha continuado en esa senda al descubrirse nuevos escándalos como la corrupción de Odebrecht y de otras empresas extranjeras.
Hoy, cuando uno de los principales propietarios de los medios de comunicación está envuelto en la vorágine de la corrupción y fugado a España por el caso Lava jato, no hace mea culpa, no admite su mal proceder, su equivocación; por el contrario, comprobamos con indignación que respecto a este tema que ha saqueado las arcas del estado y la moral pública, nadie informa al respecto, tenemos una prensa distorsionadora de la realidad enfocada en temas vanales, con un rol orientado a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga que ellos tienen en sus propios ojos, desde hace muchísimos años.
Los medios de comunicación, ya no informan, desinforman; ya no educan, embrutecen; ya no son objetivos, son parcializados; ya no son transparentes, son confabuladores; ya no son democráticos, son serviles al poder de turno. La corrupción los ha llenado de dinero y ellos se sienten cómodos en este su nuevo rol.
En el interior del país muchos medios de comunicación, piden dinero directamente para que informen positivamente de las gestiones municipales y/o regionales, han perdido el sentido ético de su profesión y se han vuelto mercaderes de la información, esto debe acabar, no le hace bien al país, el dinero no puede ser la premisa para informar, para actuar con decencia, para educar.
Los medios de comunicación, (aunque nadie lo quiera decir) se han convertido en un nuevo poder, quiere controlarlo todo desde la manipulación de la información, claro, si ellos son los dueños de los medios pueden ejercer a su libre albedrío una seudo información que solo favorezca sus intereses personales y/o de grupo. Actualmente comprobamos por ejemplo, que sólo están informando del juicio a Keiko y el desafuero al Fiscal Chavarry y del futbol, ocultando todo lo referente a la corrupción de Odebrecht donde sus asociados están involucrados. El informe presentado hace pocos días por la Comisión Lava Jato del Congreso de la República que involucra a 132 personas implicadas y a siete constructoras, no ha sido difundido por dichos medios de comunicación, no ha sido portada de los diarios, ni noticia relevante en la prensa radial y televisiva, demostrando ellos mismos que no les interesa la imparcialidad de la información, la lucha contra la corrupción, el mostrar quienes son los que corrompen a las autoridades; no han cumplido con informar que empresas, asesores, árbitros, abogados, peruanos y extranjeros están implicados en este escandaloso robo al estado, es decir no les interesa informar quienes son los que le roban a todos los peruanos. Ni que decir, que ellos estuvieron fustigando para que el Tribunal Constitucional deje sin efecto la ley aprobada por el Congreso de la República sobre publicidad estatal y que los beneficia con cientos de millones que el estado les da cada año por concepto de publicidad, algo increíble, porque el estado es el dueño de la señal radioeléctrica; toda publicidad del estado debe ser gratuita, ya que su información es de carácter social, informativa y no comercial; lamentablemente nuestros gobernantes como el Presidente Vizcarra y algunos congresistas, están a favor de que se le pague a los medios, lo cual nos parece absurdo, porque con esa plata se pueden construir hospitales, colegios, carreteras, puestos de salud, agua y saneamiento, etc. Se olvidan de gobernar para el Perú, para las grandes mayorías.
Por todo lo anterior expresado creemos que se debe revisar la legislación de este sector que en las últimas décadas se ha prestado para pervertir la moral de la nación y que cada vez que alguien los cuestiona, se escudan en la libertad de expresión y pensamiento, diciendo que se está atentando contra ella, siendo ellos los que están atentando contra nuestros valores y nuestra endeble democracia; ya basta de tanta majadería y que el estado legisle defendiendo los intereses del país. Esta es la sincera opinión de un ciudadano de a pie, que espera cambiar de parecer cuando vea que los medios de comunicación retomen su rol primigenio de informar con imparcialidad.
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]