Necesitamos gestiones municipales humanas que coadyuven al logro del bien común de todos sus ciudadanos, pero esto parece ser desconocido por las actuales administraciones municipales, pues en los últimos años han confundido el principio de autoridad, con el abuso y la prepotencia de sus fiscalizadores municipales, quienes en sus operativos no solo emplean la violencia contra hombres y mujeres, sino que además incautan los bienes de quienes se ganan la vida de manera ambulatoria pero honrada, desconociendo nuestra realidad, sobre todo ahora que aún estamos en pandemia y que no existen suficientes puestos de trabajo. Por ello, el padre o madre de familia sale a buscárselas vendiendo algún producto en la calle para poder alimentar a sus familias, esa es nuestra realidad y desconocerla es atentar contra la dignidad y la vida humana, no todos tienen un sueldo fijo del estado que les garantice por lo menos poder comer a diario.
Estamos cansados de ver como los fiscalizadores de Lima Metropolitana y las demás ciudades del país, en un mal ejercicio del control del comercio ambulatorio, arrebatan los bienes y productos de quienes ejercen dicha actividad sin que medie un acta de por medio, porque puede hacerse una incautación, pero esta no puede ser un acto de pillaje y rapiña, que es lo que vienen practicando a diario estos trabajadores municipales ya que dichos bienes y productos no les son devueltos a sus propietarios, sino que se los queda la administración municipal, desconociéndose luego su destino final. Si existiera un acta de lo que se confisca, sería una garantía para el municipio y el trabajador ambulante de que no se está cometiendo un acto de pillaje y de que sus bienes los va a recuperar, luego de subsanar las faltas si las hubieran.
En todo el mundo y más aún en los países desarrollados existen el comercio ambulatorio, en Estados U nidos, Francia, Canadá, Inglaterra, Italia, España, entre otros; pero éste se desarrolla bajo normas estrictas de la autoridad municipal y los comerciantes las acatan, pero para ello es necesario efectuar programas de educación ciudadana con quienes desean ejercer el comercio ambulatorio, luego de ello recién se les autoriza en un determinado lugar y no por todos lados; esto no es difícil de hacer, pero requiere de trabajo, de esfuerzo, de llegar a un entendimiento con quienes tienen la necesidad de trabajar y a veces pareciera que a nuestras autoridades municipales no les gusta trabajar, sino el facilismo de arrebatar propiedad ajena.
Hacemos un llamado a las autoridades municipales para que corrijan esta forma de actuar porque denigra una gestión municipal, la mancha con la ignorancia y la inconsciencia social, necesitamos orden, en ello estamos totalmente de acuerdo, pero hay que hacerlo con inteligencia, con conocimiento de la realidad de nuestras ciudades, no hacerlo sólo por hacerlo, ya que ello lleva al abuso y la prepotencia.