La democracia con todos sus defectos sigue siendo el mejor sistema de gobierno que tenemos en libertad y que aún no ha sido superado por ningún otro, defendámosla y defenderemos al Perú.
Nuestro país no aguanta más el clima de zozobra que está viviendo y que afecta sobre todo a la gente más humilde del país, aquellos que algunos políticos populistas dicen defender. Hasta hace unos meses el principal problema del Perú era la inseguridad, la ciudadanía ante tantos robos, atracos, muertes y narcotráfico por doquier, exigía que se combata esta lacras sociales, sin embargo, con el transcurrir de los meses y el aumento de la inestabilidad política, vemos que ahora la cosa está más grave, pues no habiéndose solucionado los temas de inseguridad, ahora aparece como una gigantesca amenaza la inflación, el totalitarismo y con ello el aumento del costo de vida, que vale decirlo nuevamente, afecta siempre a los que menos recursos tienen. Hoy los productos alimenticios y el gas, tan necesarios para la cocción de los mismos, han subido escandalosamente de precio y si a ello le sumamos que el trabajo no se incrementa ni suben las remuneraciones, entonces sin ser economistas las amas de casa saben que el dinero ya no alcanza y que cada día es más difícil alimentar a las familias peruanas.
Frente a esta tenebrosa situación, cuál es la respuesta de nuestras autoridades políticas: seguir creando más inestabilidad, más confrontación, la cual genera por sí misma inestabilidad económica y por consiguiente carestía, hambre, injusticia social. Ante esta situación nos preguntamos hacia dónde va el Perú, acaso con esta situación política agravada se fortalece la democracia o se están abriendo los caminos para posicionar una dictadura al estilo Cuba, Venezuela o Nicaragua.
Nosotros como sociedad ya hemos pasado por una época oscura y de caos protagonizada por aquellos que decían defender al pueblo ¿y qué conseguimos? casi la destrucción del país. El terrorismo asoló nuestra nación y vivimos un verdadero apocalipsis, millones de peruanos tuvieron que abandonar sus familias y emigrar compulsivamente al mundo entero en busca de trabajo y una mejora de sus condiciones de vida.
Cuba, Nicaragua o Venezuela después de décadas de dictadura y de comunismo no han logrado salir del subdesarrollo, por el contrario se han sumergido en una crisis inimaginable, que tiene a su población en la miseria y esto lo podemos comprobar cada día los peruanos, al salir a la calle y ver que cientos de miles de venezolanos están en nuestro país buscando mejorar su calidad de vida. Mientras tanto los gobernantes populistas de esos países y sus familias se han enriquecido.
Así que estimados lectores, ya estamos advertidos, las cosas claras y el chocolate espeso. En dichos países la población creyó en esos cantos de sirena que auspiciaban cambios con una nueva constitución y donde el estado se encargaría del bienestar de la gente, eso los peruanos trabajadores, sobrevivientes del terrorismo y la pandemia, sabemos que es más falso que una moneda de 7 soles, eso no es verdad, lamentablemente el propio estado y los políticos que nos han antecedido no han sido capaces de educar a la población joven del país mostrándoles esta realidad que nos tocó vivir hace 30 años, por ello nuestra tarea ciudadana es hacer recordar ahora a la gente más joven que nuestro país fue destruido por aquellos que decían defender al pueblo con sus ideas totalitarias.